Fue el atardecer más impactante que habíamos observado mi hermano Sergio y yo a todo lo largo de todas nuestras vidas. Nos sentamos en la terraza y casi no podíamos creer lo que nuestros ojos presensiabanpresenciaban. Estaban como cortadas contra el cielo y abultadas las nubes, y dibujaban raras figuras, el cielo se iba coloreando de diversos colores, naranja, luego morado, luego violeta y al final un rojo que hacía destacar las orillas de las nubes y hacía más notorias las figuras.
Fue el atardecer más impactante que habíamos presenciado mi hermano Sergio y yo. Nos sentamos en la terraza y casi no podíamos creer lo que nuestros ojos presenciaban. Como cortadas contra el cielo y abultadas, las nubes dibujaban inauditas figuras, mientras que el cielo iba cambiando de coloración: anaranjado, morado, violeta y finalmente un rojo que subrayaba los contornos de las nubes y resaltaba las figuras que veíamos.
En un principio yo vi de forma clara algo como una serpiente que de a poco se fue transformando en una cara de un hombre de barba, delgado, ojos cerrados, nariz aguileña y no mucho pelo. En un principio vi claramente una serpiente que, poco a poco, se fue transformando en el rostro de un hombre barbado y calvo, ojos cerrados, delgado y nariz aguileña.
Por su parte Sergio estaba obcesionadoobsesionado con que veía a un perro furioso que se iba poniendo masmás rabioso cada vesvez, con unos colmillos que sobresalían de su enorme boca. El animal era de aspecto robusto, de pelo corto y sus cuatro patas eran muy musculosas y sólo deseaba morder.
Por su parte, Sergio estaba obsesionado con un perro furioso, que se iba poniendo más rabioso cada vez, con unos colmillos que sobresalían de su enorme hocico. Un animal robusto, pelo corto y extremidades musculosas, ansioso por morder.
Cuando oscureció nos metimos a la casa pero Sergio estaba muy alterado. No quizoquiso cenar y se fue a dormir.
Cuando oscureció entramos a la casa. Sergio estaba muy alterado. No quiso cenar y se fue a dormir…
Fueron sus gritos desesperados los que me despertaron, yo corrí a su cuarto y mis papás también, vi que mi mamá le estaba curando la sangre de la herida y mi papá llamaba a una ambulancia. Sus gritos desesperados hicieron que mis padres y yo corriéramos a su recámara. Yo veía incrédulo el charco de sangre bajo la cama, mientras mi mamá curaba la herida y mi papá llamaba por teléfono a una ambulancia.
En el hospital nadie se explica quequé pasó. Sergio salvará su vida. Por lo pronto delira, en ciertos momentos grita que no dejemos que un perro rabioso lo alcance.
En el hospital nadie se explica qué pasó. Sergio salvará su vida. Por lo pronto delira, en ciertos momentos grita que no dejemos que un perro rabioso lo alcance.