La evolución biológica se refiere al cambio genético en una población de una generación a
otra. La evolución constante de las especies puede dar como resultado la aparición de una
nueva especie o la extinción de otras.
La teoría de la evolución se sustenta en la serie de evidencias que acabas de ver, es
gracias a ellas que se ha podido afirmar que la evolución ocurrió y sigue ocurriendo: todas
las formas de vida que habitan el planeta evolucionaron de especies anteriores y los
organismos siguen evolucionando y adaptándose al ambiente cambiante en el que habitan; es un
proceso continuo e imparable. Además, las evidencias de la evolución nos permiten establecer
relaciones filogenéticas entre las especies.
Veamos el caso evolutivo de las ballenas:
Los mamíferos llegaron a la tierra hace 200 millones de años, su ancestro provenía del
mar, entonces, ¿cómo los mamíferos más grandes del mundo, las ballenas, terminaron de
vuelta en el agua?
Las ballenas se clasifican dentro del orden de los cetáceos, es decir, son mamíferos
adaptados a la vida acuática. Son homeotermos (controlan su propia temperatura), respiran
con pulmones, y poseen glándulas mamarias con las cuales alimentan a sus crías; estas
características nos permiten clasificarlas dentro de los mamíferos.
Los cetáceos se clasifican en dos: las ballenas dentadas u odontocetos, dentro de las
cuales encontramos a los delfines, marsopas, orcas, entre otras y las ballenas de barbas
o misticetos, donde encontramos a la ballena jorobada, gris, azul y muchas más.
Darwin escribió en El origen de las especies: "No veo difícil que una raza de
osos, por medio de la selección natural, se tornase cada vez más acuática en su estructura y
hábitos, con bocas cada vez más grandes, hasta dar lugar a una criatura tan monstruosa como
una ballena".
Esta idea fue bastante controversial en su tiempo. Darwin quedó tan avergonzado por el
ridículo con el que fue recibido, que el pasaje fue eliminado en ediciones posteriores del
libro; sin embargo, estaba en lo correcto, las ballenas descienden de los mamíferos
terrestres, pero su ancestro se encuentra más ligado con las vacas e hipopótamos actuales,
que con los osos. Para llegar a este conocimiento pasarían algunos años más.
Ahora veamos algunas de las evidencias que se tienen para explicar cómo un mamífero
terrestre evolucionó en uno acuático
Homología
Recuerda que la evidencia anatómica ayuda a determinar las relaciones evolutivas, por
ejemplo, la aleta de este gran mamífero comparte estructuras homólogas con las
extremidades de otros tetrápodos (anfibios, reptiles, aves), lo que nos indica que poseen un
ancestro en común.
Ballena
Humano
Desarrollo embrionario
Con la embriología comparativa podemos ver muchas características que presentaban sus
ancestros, algunas de éstas son:
- La presencia de pelo, recuerda es una característica de los mamíferos y las
ballenas en algunas fases del desarrollo embrionario lo presentan. Al nacer, éste
desaparece a excepción de algunos pelos en el hocico y alrededor de los orificios
nasales que son utilizados como cerdas sensoriales.
- En las primeras fases, los embriones presentan pequeñas extremidades
traseras externas que son visibles durante un tiempo pero al avanzar en el
desarrollo desaparecen.
- En un inicio las fosas nasales se presentan en el lugar usual de los
mamíferos (hocico) y tiempo después migran a la parte de arriba de la
cabeza para formar el espiráculo (estructura que actúa como orificio nasal y por
el cual las ballenas respiran).
- Las ballenas con barbas (misticetos) y las ballenas dentadas (odoncetos)
desarrollan brotes de dientes cuando son embriones. En las ballenas dentadas
estos brotes se convierten en dientes en el adulto, pero en las ballenas barbadas se
"absorben" y desaparecen.
Disección lateral de la mandíbula superior de embrión de misticeto,
donde se observan los brotes de los dientes
Así tenemos otra evidencia independiente que apoya la tesis de que las ballenas poseen
características que los conectan con los mamíferos terrestres.
Estructuras vestigiales
Se pueden observar varias estructuras vestigiales como son huesos pélvicos, la
tibia y el fémur, los cuales son pequeños e inútiles, asimismo presentan nervios
olfatorios vestigiales y el canal auditivo se encuentra cerrado. Éstas son sólo
algunas de las estructuras que demuestran que estos organismos provienen de especies en los
que estas estructuras les eran funcionales.
Fósiles y Biogeografía
Existen varios fósiles que demuestran la transición de los antepasados de las
ballenas de un ambiente terrestre a uno acuático. A través de ellos podemos observar cómo es
que se fueron adaptando a la vida acuática, asimismo, gracias a los lugares en donde han
sido encontrados dichos fósiles podemos observar que estos animales en un principio se
localizaban en una pequeña área geográfica, posiblemente hasta que se adaptaron totalmente a
la vida acuática y pudieron desplazarse por todos los océanos. Esto patrón es posible de
seguir gracias a la biogeografía.
Mesoníquidos
Antigüedad: 60 millones de años.
Descripción: Su aspecto era semejante a las hienas
actuales. Poseía dos pares de patas relativamente cortas y dientes triangulares.
Medía cinco metros de largo con una altura de casi dos metros y pesaba 80 kg.
Distribución: Gran parte de Asia y América del
Norte.
Pakicetus
Antigüedad: 50 millones de años
Descripción: Animal terrestre que presentaba pezuñas
como las jirafas e hipopótamos. Tenía una apariencia similar a un perro pequeño
con una cola larga. La posición del oído interno con respecto al cráneo permitió
relacionarlo con los cetáceos.
Hábitat: Zonas costeras, cerca de la tierra, aunque
se cree que ocasionalmente se metía al agua y se alimentaba de peces. Sus
fósiles fueron encontrados en el norte de Pakistán.
Ambulocetus
Antigüedad: 50 a 49 millones de años.
Descripción: No posee oídos externos como las
ballenas, sus extremidades estaban más adaptadas al medio acuático y las
posteriores le funcionaban como remos, sin embargo aún podía desplazarse en
tierra. Su cola era larga y estaba un poco aplanada, en comparación con animales
terrestres.
Hábitat: Por lo general se encontraba en agua dulce
(ríos y lagos).
Rhodocetus
Antigüedad: 47 millones de años.
Descripción: Era semejante a una foca de la
actualidad, pero el cráneo, los dientes y el oído eran similares a las ballenas.
La cadera no estaba unida a la columna vertebral, dándole mayor flexibilidad.
Hábitat: Vivía en la costa y aguas poco profundas. Sus
fósiles fueron encontrados en el norte de Pakistán.
Dorudon
Antigüedad: 41 a 33 millones de años (contemporáneo
de Basilosaurus)
Descripción: El cráneo, los dientes y el oído eran
muy similares a las ballenas actuales. Poseía un par de extremidades posteriores
muy pequeñas, por lo que el impulso para nadar provenía de la cola.
Hábitat: Mar abierto en zonas cálidas. Sus
fósiles fueron encontrados en Norte América, Egipto, Pakistán, y la zona que
conformaba el mar de Tethys.
Basilosaurus
Antigüedad: 40 a 34 millones de años.
Descripción: Presentaba dos extremidades posteriores
muy pequeñas, su cuerpo era muy alargado (casi 22 metros), por lo que se cree
que tendría dificultad para nadar. Incluso, al ser descubierto se confundió con
una serpiente marina.
Hábitat: Mar abierto, en zonas cálidas. Sus
fósiles fueron encontrados Estados Unidos (Louisiana y Alabama), Egipto,
Australia y el sureste de Asia.
Mysticeti
Hace unos 35 millones de años los cetáceos barbados y dentados divergieron
para formar los dos grupos que habitan hoy el planeta. Esta divergencia se
debió, probablemente, a las adaptaciones en la alimentación:
Los misticetos carecen de dientes, en su lugar, poseen barbas que usan
para filtrar su alimento compuesto de zooplancton y pequeños peces. Algunos
misticetos son: ballena gris, ballena jorobada, ballena franca y rorcuales.
Odontoceti
Los odontocetos poseen dientes, por lo tanto son nectófagos, es decir, se
alimentan del nectón (animales marinos que se mueven libremente en el océano).
Por ejemplo: los delfines, los cachalotes, las belugas.
Evidencia molecular
Finalmente, tenemos la evidencia molecular que ha demostrado que las secuencias de ADN y
aminoácidos de las ballenas se encuentran más relacionadas con los ungulados (mamíferos que
se apoyan o caminan con el extremo de los dedos, por ejemplo, las jirafas), específicamente
los artiodáctilos (mamíferos que poseen un número par de dedos, como camellos e
hipopótamos), a pesar de no haber fósiles que nos permitan corroborar 100% esta relación, es
claro que, gracias a estos estudios, las ballenas y los artiodáctilos comparten un ancestro
común. Observa las diferencias y similitudes en este fragmento de DNA.
Ballena
AAT CCC CAA AGC TAA GGA GAC TAT CCT TCC TAA GCA TAA AGA AAT
GCC CTT CCC TAT ATC
Hipopótamo
AGT CCC CAA AGC AAA GGA GAC TAT CCT TCC TAA GCA TAA AGA AAT
GCC CTT CTC TAA ATC
Vaca
AGT CCC CAA AGT GAA GGA GAC TAT GGT TCC TAA GCA CAA GGA AAT
GCC CTT CCC TAA AT
Así, todo este conjunto de evidencias nos permite corroborar y evidenciar el proceso
evolutivo que han tenido estas especies así como afirmar que la evolución ha sido y es un
proceso continuo que ocurre en todas las especies.